La mirada crítica de Susan Sontag

 





Título español: Bajo el signo de Saturno
Título original: Under the Sign Saturn
Autora: Susan Sontag
Editorial: EDHASA
Año de publicación: 1987





Mariel Norat/ 2012
Libro compuesto por varias críticas literarias creadas en 1970 por la escritora estadounidense Susan Sontag. Esta recopilación de ensayos nos presenta una autora rebelde, crítica y muy interesante, sobre todo, para aquellos que tengan inclinaciones en aspectos estéticos del arte. La escritora muestra la discusión que se establece entre moral y estética en las distintas disciplinas; literatura, fotografía, teatro, cine, música...que requiere de una investigación y revisión continua. Diferentes autores serán objeto de estos ensayos donde Sontag nos ofrece una reflexión ilustrada acercándonos a sus vidas y obras, exponiendo así, como en ocasiones existen vínculos intrínsecos que dan explicación a esa creación estética. Bajo el signo de Saturno tiene como punto de partida la documentación biográfica e investigaciones de cada uno de los personajes para la profundización y análisis del psiquis como resultado de su creación. En la explicación argumentativa la escritora denota un gran conocimiento de filosofía y del mundo literario: referencias y citas a otros escritores y pensadores relevantes (Platón, Hume, Hegel, Nietzsche, Freud, Bertolt Brecht, Sartre etc...son algunos de los mencionados por la ensayista). La comparación y contraposición de las diferentes posturas morales, experiencias vitales, cordura o locura de sus personajes protagonistas refleja una mirada distinta, y, a veces, coincidente en algún aspecto que se plasmará en las obras. El arte y su proceso de creación es el punto central, la clave del trabajo de Susan Sontag, es como, la busqueda también por su parte de dar definición a algo que no es inerte, sino algo vivo.

De los siete ensayos que recoge el libro haré mención solo a los puntos que me han resultado interesantes. Sobre Paul Goodman, como primer trabajo, abre el espacio de lectura con una exquisita descripción de situación, ubicándonos en un contexto muy visual que acierta en el recurso de ambiente a modo de presentación a un público al que invita a la lectura. Aquí simplifica, no habla directamente del análisis de una obra, que también, sino de algo más personal, de una amistad frustrada. El periódico será el hilo conductor a través del cual conocerá la muerte Paul Goodman, escritor que conocía y admiraba profesionalmente, nunca consiguió su amistad. Susan Sontag define su estilo como de “rigidez sintáctica y acierto verbal” y manifestaba: “la inteligencia y la poesía me conserva como adicta suya” “Sus escritos tenían impresos el don de la elegancia.”

Describe la gran capacidad de Goodman para transmitir cualquier género literario o
temática. La importante sensibilidad del autor al margen de modas la lleva a compararlo a Sartre. Nos revela el egocentrismo del escritor que se lamentaba de no ser famoso, fama que le llegaría más tarde con una de sus publicaciones. Retomando la información de ese periodico, hilo conductor, a Sontag le entristece la poca significación social que se le concede al mundo de la cultura, pues la muerte de Goodman no aparece en los medios de comunicación, y cuando lo hace, es símbolicamente en últimas páginas. Equiparándo así este momento con la muerte de Marcuse o de MacLuhan.


En el Acercamiento a Artaud, Susan Sontag se sumerge y explora en el psiquismo del complicado escritor Antonin Artaud, retratando un personaje atormentado, reprimido sexualmente que busca desesperadamente su identidad para trasladarla a su obra artística en el intento de ligar pensamiento y vida. Para él su cuerpo y su mente son dos entes distintas. Artaud niega la diferencia entre pensamiento y arte, entre poesía y verdad. En un ensayo sobre la pintura declaraba que las obras de arte “solo valen por lo que valen los conceptos por los que están fundados, y que por tanto, es su valor lo que se pone en duda” Toma la creación de arte por un tropo para el funcionamiento de toda conciencia, y esta será su base de afiliación al movimiento surrealista. Entendía que el surrealismo era una revolución aplicable a todos los estados de la mente y todas las actividades humanas, una tendencia dentro de las artes como estrategia para mejorar la gama y calidad de la mente. Artaud conocía al también escritor André Bretón, uno de los iniciadores de este movimiento surrealista que disfrutaba de un conjunto de simpatías morales extremadamente atractivas. Al principio, Artaud pensó que el surrealismo era para aquellos que querían alcanzar su propio espíritu (pensaba en sí mismo).


El arte Surrealista no es un valor autónomo y une anhelos morales y estéticos. En contra, el realismo idea burguesa represiva (atmósfera, ambiente de mentiras). El surrealismo es la defensa de una conciencia sutil, imaginativa y rebelde. Artaud descubrió que no era una corriente que fuese en su línea, fundamentalmente porque proclamaba la libertad sexual. Para Artaud el erotismo era una amenaza, era demoníaco, así se observa en su obra “El arte y la muerte” La virginidad era un estado de gracia. La castración era igual a la liberalización. Artaud liga el surrealismo al comunismo. Y sin embargo, siguió teniendo gustos surrealistas y sentía desdén por el realismo que equivalía a una colección de trivialidades burguesas, sentimiento compartido por los surrealistas. Dice S. Sontag que Artaud tiene razón estética.

Para Artaud el arte se justifica por la seriedad moral “el arte tiene una misión revolucionaria y ha de cerrar la brecha entre vida y arte. Una obra es una fracción del todo de la conciencia del artista ”Para Artaud, llegó un momento en que la palabra, la escritura se quedaba pequeña, presa de significación, es así como comienza la busqueda del arte maestro al servicio de todas las disciplinas, la formula del Arte Total centrada en el teatro. La razón del por qué escoge el teatro como género aglutinador de todas las artes es debida a las posibilidades de representación conjunta: música, palabra, luz y cuerpos. Los rasgos destacados de su espectáculo es una visión dramática de experiencia brutal vivída, emociones externas que habrían de ser representadas fuera de los escenarios habituales. Su idea participaba bastante del teatro de Bertolt Brecht, pero este último, sirvió como orientador y guía práctica, es decir, dispone de un método técnico que todavía hoy es valioso para los estudios de interpretación. Brecht triunfó en su experimento, Artaud no, pero consiguió llegar a conclusiones, aunque ni él mismo alcanzó ponerlas en práctica, sí bien dispone de anotaciones interesantes en este ámbito. Desde muy joven ingreso en repetidas ocasiones en clínicas de salud mental. Sobrellevó una vida de tormento y ansiedad consumiendo sustancias para hacer su existencia más soportable dentro de ese inmenso dolor. Susan Sontag lo compara con Van Gogh.


Fascinante fascismo, dedicado a Leni Riefenstahl (fotógrafa, actriz y cineasta alemana) con motivo de la publicación de 126 fotografías en color “Los nuba” (tribu de las montañas del Sudán). Susan Sontag a través de este material gráfico trata de demostrar la clara vinculación de Riefenstahl con los ideales de la Alemania nazi a lo largo de su vida. Ideales que mantuvo desde sus comienzos, y los cuales la llevaron a ser un puntal primordial en el aparato propagandístico de Adolf Hitler. “La Triología de Núremberg” son tres películas que servirían como elemento promocional del Nazismo para su difusión nacional e internacional (Victoria de fe de 1933) (El triunfo de la voluntad, 1934) (Día de la libertad; nuestras Fuerzas Armadas, 1935). La ensayista analiza exhaustivamente los documentales y el material gráfico para dar veracidad a su conclusión: Riefenstahl proyecta la retórica fascista en “Los nuba” una raza pura, de gran perfección física. Concede a la lucha un nexo de unión primordial dentro de esta organización social (el fuerte sobre el débil para renovar la vitalidad de la tribu). El papel de la mujer queda relegado a un último término como aparato reproductor y ayudante auxiliar. Como cineasta y fotógrafa, Riefenstah trata las imagenes con sumo cuidado estético, planos de grupo generales de exaltamiento del hombre destacando figuras en particular y enmarcándolas en un lugar de privilegio, enfocadas desde abajo. Rasgos y características de escenas cuyo protagonismo es la fuerza y el valor, además de otros simbolismos que hoy podríamos definir de cuidado marketing. Sontag trata de desmontar las afirmaciones de Leni Riefenstahl cuando niega cualquier relación que no fuese profesional con el régimen nazi. Susan Sontag contempla elementos para afirmar que Riefenstahl fue fascista y que nada justifica que durante la investigación no consiguieran desmentir la historia que esta inventó para desligarse de su pasado, ya que, había más que indicios para su acusación. Por esta cuestión, no le parece ni ético ni razonable que se hubiese concedido reconocimiento alguno a su trabajo, ni el hecho de representar a la mujer como excepción en el sector sirve de excusa. Riefenstahl fue juzgada y absuelta en Francia por su conexión con el Tercer Reich. Pero nunca se libró de la controversia y el estigma nazi.


La autora, sigue desgranando la relación entre moral y estética en las diferentes ideas de arte de cada uno de los personajes abordados, desde la mirada crítica muestra el respeto que merecen esas creaciones. Sin embargo, en el mundo de la estética que prevalece sobre la moral hay un tema curioso que a la autora le merece atención; el tratamiento de una imagen, una estética que representa el Nazismo es utilizada y transformada para recrear la morbosidad: instintos y emociones que suscitan esa misma idea para llevarla a otros escenarios, el del sexo. Los elegantes uniformes nazis de la SS fueron creados para un cuerpo de élite que resultara altísimamente bello y atractivo, pero también sumamente violento, formaban parte de los estilismos propagandísticos de este régimen. El uso de esta vestimenda como fuente de inspiración en el sadomasoquismo, representando el dominio, el castigo etc...

El título del libro, Bajo el signo de Saturno, es también el nombre de un ensayo dedicado a Walter Benjamin el crítico más importante del periodo de pre-guerra y el escritor con quien mejor se puede comparar a Sontag. Fue considerado un triste por la sociedad francesa, pero él se calificaba así mismo como melancólico, evocando la astrología dice: “Yo vine al mundo bajo el signo de Saturno, el astro de revolución más lento, el planeta de las desviaciones y demoras” Realmente Benjamin era un cancer, nacido un 15 de julio de 1892, regido por la Luna y no por Saturno. Pero lo que quería decir Benjamin, a lo que se refería, es como realizaba la selección para su trabajo de crítica literaria, buscaba el temperamento melancólico y solitario de los autores en sus obras. Algunos autores sobre los que escribió: Baudelaire, Proust, Kafka, Karl Kraus. Hasta en Goethe encontró el elemento saturnino. Escribiendo acerca de Proust y mientras realizaba un juicio modernista se dio cuenta...“Todas las grandes obras de la literatura fundan un género o disuelven uno.”

El Hitler, una película de Alemania, de Hans-Jügen Syberberg, es una realización suprema de las obras del modernismo. Una creación verdaderamente grande debe parecer que rompe con un antiguo orden, pero realmente es un paso más que hace más complejo y más rico el espectro del arte. El modernismo entra en una era donde el arte es un elemento más de consumo social. Este film toca los temas del infierno, el paraíso perdido, el apocalipsis y los últimos días de la humanidad.
Es el resultado de una mezcla del movimiento romántico y las ironías propias del modernismo. El Hitler de Syberberg es como un metaespectáculo “el gran show guiado por diferentes estilos dramáticos” Ingeniosa formula del cineasta para enfrentarse al Nazismo desde una moralidad hasta entonces desconocida en el mundo del cine como creación artística. Syberberg deja una pregunta en este su trabajo ¿Cuánto de Hitler hay en nosotros?

Recordando a Barthes, Susan Sontag nos presenta un autor que presumía de ser modernista literario sin serlo, aunque, sí lo fue en la práctica de una forma irresponsable. Estaba interesado de forma consciente en lo perverso como recurso liberador. A Roland Barthes le fascinaba las clasificaciones mentales, disponía de un estilo rápido, vivaz, denso y agudo. Voz elegante y exigente desde sus comienzos y un ritmo que se aceleró en los últimos años.

La mente como pasión, dedicado a Elias Canetti admirador de Hermann Broch, autor al que Canetti considera con las condiciones más óptimas de un escritor: original, resume su época y se opone a ella. Estas serán las pautas que seguirá en su carrera literaria. De pensamiento conservador en el sentido más literal, Canetti desprecia por injusto la corta esperanza de vida que tenemos los humanos para el conocimiento y la creación artística. Razones justificadas por sus muchas ansias de poder aprender y compartir conocimientos con aquellos intelectuales más influyentes de la historia. En su evolución literaria, Canetti prima el oído, el escuchar al ver para poder dar respuesta. La voz representa una presencia irrefutable y afirma que sí se oye significa que se oye lo que se debe oír. Por tanto, la cultura de la moral contra la cultura estética. Una de sus obras importantes “Masa y Poder” libro excéntrico con un ideal Universal.

  La discusión sobre las delicadas relaciones entre moral y estética quedan patentes en este trabajo. Susan Sontag es clara defensora de la independencia del arte respecto a las ideas de sus creadores.
“Una obra de arte es una cosa en el mundo, no un texto o comentario sobre el mundo”   
  (Susan Sontag)

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