“CORREN NUEVOS TIEMPOS Y NO TIENEN POR QUÉ SER MALOS”






Mariel Norat
Directora de Rúas magazine

Con resaca de verano, a pesar de las fechas, y en mi mesa de trabajo mientras preparamos este nuevo número de noviembre-diciembre de Rúas Magazine, reflexiono sobre el pensamiento que me gustaría hacerles llegar con motivo de estas próximas Fiestas Navideñas.

En estos tiempos que corren, donde todos conocen más términos económicos de los que nunca hubieran imaginado y, donde la economía lo domina todo, lo que más pronto acude a mi cabeza es la multitud de veces que he escuchando las penas de los que lamentan sus sueños rotos, de la mala situación que atravesamos, de los que temen que el futuro no les sea propicio, de los que creían que el tintineo de unas monedas en el bolsillo les hacía invencibles. Si bien escierto que cada uno en la vida tiene sus prioridades, también es cierto que la vida es terca y se obstina cada cierto tiempo en indicarnos que hay valores que son indiscutibles y no debemos olvidar.
El hombre como centro del universo; la cultura, la educación y la sensibilidad es lo que puede que a todos nos ayude a mudar costumbres y a perfilar un mundo mejor. La cultura para valorar lo que somos y lo que tenemos, educación para crecer en conocimiento y evolucionar, sensibilidad para meternos en los zapatos de otros. Quizá la receta no salga a la primera, pero de lo que no cabe duda es que cuanto antes empecemos a practicarla mejor nos irá, y sobre todo mirando hacia el futuro.
Lamentarse no lleva a ningún sitio, es una pérdida de tiempo.
La actualidad, será un capítulo de la historia que se estudiará con interés, y sin la perspectiva de ese tiempo, me atrevo a decir que sería imperdonable, injustificable la pérdida de logros sociales conseguidos en base a la lucha y a los esfuerzos de generaciones anteriores. Sería pecar de incautos. Reconociendo la perversión de la que somos capaces los humanos cuando perdemos el norte, corregir y aprender de los errores es lo más acertado.
Desde el punto de vista de la ética personal para extenderla a la general, e independientemente de la posición social de cada cual y en base al perjuicio que puede producir; favores, amigos, amiguísimos en puestos para los que no son aptos, estrangulan, además de condicionar, el buen funcionamiento de empresas, políticas o instituciones. Existe una contaminación de prácticas que llega a muchos de nosotros, o lo que casi es lo mismo, somos conocedores de ellas, y esto nos impide reaccionar. El hecho de trabajar en unas oficinas no quiere decir que te puedas llevar los folios a casa,trabajar en un hospital no quiere decir que te lleves las vendas a casa, trabajar en un comedor escolar no da derecho a llevarse la comida que previamente han pagado los padres o las arcas públicas. Con esto, no me malinterpreten, no digo que todos caigamos en este mal, pero sí sabemos que sucede. Y si es así, y dentro de esa dinámica, tendría lógica que algunos de los que manejan el dinero de todos también se lo apropiasen.


Ser coherentes, vivir de frente a la cultura y al conocimiento sería lo más apropiado e inteligente, después de todo, la vida es obstinada.
La navidad, en sus orígenes es la práctica de la humildad, y mi experiencia siempre me ha demostrado que la gente de mayor calidad humana y sobradamente formada es naturalmente sencilla y cercana.

Feliz Navidad

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Múltiple asesinato de Holcomb

Galicia, aferrada al conservadurismo